El efecto y el fin de las películas de terror
El efecto y el fin de las películas de terror
¡Es octubre y Halloween ya está aquí! Por eso en esta ocasión trataremos el tema
de las películas de terror, su efecto y su fin.
Tras años de estudio, el sociólogo y filósofo Noël Carroll ha desarrollado una
teoría muy verosímil sobre el éxito contemporáneo de la estética del terror. Según
Carroll, como la comedia o el suspenso, este género cinematográfico –el terror–
debe provocar un estado emocional, lográndolo con base en monstruos o criaturas
fantásticas.
Tal vez la característica que más se les atribuye a los monstruos es que son
peligrosos. Siempre se presentan con poderes y/o ventajas que les son hostiles a
los seres humanos o, al menos, a un grupo, comúnmente personas inocentes que
no merecen ser victimizadas. En otras palabras, los monstruos son peligrosos y
amenazantes porque poseen poderes –mentales o físicos– o tienen habilidades
especiales cuyos efectos son letales. Por ejemplo, Frankenstein posee una fuerza
supra-humana, Drácula puede hipnotizar a sus víctimas y, los zombies, aunque
inútiles si se encuentran solos, son letales cuando vienen en grupo.
Y aunque actualmente los seres humanos somos la forma de vida dominante en el
planeta, casi todo el tiempo que llevamos aquí hemos sido presas. Esto es, por
supuesto, uno de los temas principales en el género del terror e, indudablemente,
lo que lo hace tan fascinante, pues en las películas de terror es común que
seamos acechados, por ejemplo, por criaturas hambrientas, como en el clásico de
George A. Romero, La noche de los muertos vivientes. Así, uno de los principales
efectos de las películas de terror, es el provocar miedo.
Ahora, el miedo es algo bastante obvio, no obstante, otro efecto menos evidente
es el que causa la impureza. Los monstruos siempre tienden a ser impuros, son
cosas que no querríamos tocar. No solo correríamos de los zombies o de
Frankenstein por la amenaza que representan, sino por su repulsiva imagen; están
sucios y tienen heridas repugnantes. Entonces, otro efecto que provocan los
monstruos es asco.
Por último, el fin de las películas de terror es dar un mensaje que nos haga ser
conscientes o entender nuestra condición, no son tan banales. Por ejemplo, los
zombies representan terror al contagio, a las pandemias, reflejan nuestra
vulnerabilidad y nuestro egoísmo; Frankenstein trata sobre los peligros de indagar
demasiado en los misterios de la naturaleza, el hombre puede crear o destapar
cosas abominables. Por lo tanto, el fin de este gran género se dirige a crear
consciencia sobre nuestra propia naturaleza y nuestra falibilidad ante los peligros y
males externos y los que nosotros mismos causamos a través del miedo y del
asco.
Entonces, ahora que sabemos que podemos encontrar más significado en este
género que solo miedo y asco, podemos entender por qué tiene tanto éxito.
En BINDIVA buscamos hacer tus proyectos como el terror, emocionantes y
exitosos.